ELVIRA CARDENAS

Con profundo dolor pero con inmenso amor, la familia Cárdenas anuncia el fallecimiento de Elvira Barragán Cárdenas, quien partió de este mundo el 12 de abril de 2025, dejando un legado de fortaleza, amor y sabiduría. Nació el 12 de agosto de 1937 y durante sus años en esta tierra tocó innumerables corazones con su ternura, su espíritu incansable y su talento inigualable. Madre ejemplar de 16 hijos, Elvira fue el pilar de una familia numerosa que la adoraba. Afrontó muchas dificultades a lo largo de su vida, pero jamás perdió su sonrisa ni su actitud positiva. Con manos hábiles y un alma creativa, Elvira fue una mujer sumamente talentosa y muy ingeniosa. Le encantaba crear, arreglar y embellecer todo lo que tocaba, dejando siempre su sello personal lleno de cariño y dedicación. Su casa fue siempre un refugio cálido, lleno de amor, consejos sabios y risas. Aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla la recordarán por su inmenso corazón, su sabiduría sencilla y su inquebrantable fe en la vida. Entre muchas enseñanzas, Elvira siempre nos recordaba con una sonrisa firme: “Échale ganas, mírame a mí.” Y con esa frase nos enseñó a enfrentar la vida con valentía, humildad y esperanza. Hoy, sus hijos, nietos, bisnietos y seres queridos la despedimos con lágrimas, pero también con gratitud por todo lo que nos dio. Su memoria vivirá en nosotros, en nuestras historias, en nuestras costumbres, y en cada rincón donde florece el amor que ella sembró. Descansa en paz, querida Elvira. Siempre estarás con nosotros.

                                                                   FAMILIA CARDENAS Y DELTORO

SALMO 23

"El Señor es mi pastor, nada me faltará. En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce. Él restaura mi alma. Me guía por senderos de justicia por amor de su nombre. Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu callado me infunden aliento. Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días".